miércoles, 20 de febrero de 2013

LA LIBERTAD. Cuando me dispongo a tomar fotos a las aves, no hay "zoom" que valga. Siempre están alertas a cualquier movimiento raro, para emprender vuelo al menor signo de peligro. Pero lo que más admiro en esos instantes, es precisamente, la libertad de que gozan estos seres. Una libertad de la que los hombres NO hemos aprendido casi nada. Una libertad sin prejuicios. Una libertad de hacer lo que necesitan; ya sea beber agua, empollar sus huevos, hacer arrumacos con su pareja.
Y digo que no hemos aprendido los hombres de esa libertad porque nosotros siempre estamos condicionados. No somos como realmente somos, por el miedo, por el rencor, por la envidia, por el qué dirán, por el cómo me verán.
La libertad debería ser la más linda expresión del ser humano. La que nos demuestre tal cual somos y la que nos permita mostrarnos sin los "retoques" artificiales que nos hacen ver, generalmente, como nosotros deseamos que nos vean y no como realmente somos.
¿Qué entrevero de de palabras, verdad? Pero es quizás un subterfugio de escritor. Para que te detengas a leerlo mejor. Y eso te llevará a pensar...
La libertad debería llevarnos a ser la real y verdadera persona que somos y de esa manera encontrarnos cara a cara con la realidad de las otras personas a las que nos gustaría mirar, ver, entender y comprender tal como son y sin tener una duda si están "aparentando ser".
Dejemos salir de nuestro interior lo mejor de nosotros. No le pongamos el antifaz o la cara pintada del carnaval. Sintámonos felices de ser como somos, con lo lindo y lo no tan lindo, pero dando la seguridad que no nos domina la hipocresía de aparentar ser lo que no somos...


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